Una Demora Presuntuosa y Negligente
Debemos velar para poder recibir la segunda venida, estar preparados y que no nos sorprenda. Si vivimos cada día aferrados a Dios ese día será maravilloso, debemos dejar de estar atados al mundo y las cosas del mundo, lo que Dios tienen es algo que supera al mundo.
Que la segunda venida no nos sobrevenga de sorpresa, que nuestro corazón este en las cosas de arriba y no en las de la tierra; para que cada día añoremos estar con nuestro Dios. Te deseo un gran día, que Dios te bendiga mucho.