"David, Salomón y la Monarquía"

Las monarquías de David y de Salomón representan la edad de oro en la historia de Israel. Pero ¿y si David y Salomón no existieron, como algunos afirman? ¿Qué pasaría si su reino no fue tan vasto como la Biblia lo describe, como algunos también afirman? Sin David no habría Jerusalén, la capital de la nación (2 Sam. 5:6-10). Sin David no habría Templo construido por su hijo, Salomón (1 Rey. 8:17-20). Finalmente, sin David no habría un futuro Mesías, porque es a través del linaje de David que se promete un Mesías (Jer. 23:5, 6; Apoc. 22:16). La historia israelita tendría que reescribirse completamente. Sin embargo, esa historia, según leemos en las Escrituras, es precisamente la que le da a Israel y a la iglesia su función y su misión únicas.

Lee 1 Samuel 17. ¿De qué manera Dios le da una victoria decisiva a Israel? ¿A quién se usa para esta victoria? ¿Dónde ocurre la victoria?



Observa la descripción geográfica precisa de las líneas de batalla en 1 Samuel 17:1 al 3. El sitio de Khirbet Qeiyafa está ubicado en las colinas exactamente en la zona del campamento israelita descrito en este capítulo. Las recientes excavaciones revelaron una ciudad guarnecida, masivamente fortificada, de la época de Saúl y David, que dominaba el valle. Se excavaron dos puertas contemporáneas. Como la mayoría de las ciudades del antiguo Israel tenían una sola puerta, esta característica puede ayudar a identificar el sitio como Saaraim (1 Sam. 17:52), que en hebreo significa “dos puertas”.
Si es así, entonces hemos identificado por primera vez esta antigua ciudad bíblica. En 2008 y 2013, se encontraron dos inscripciones que muchos creen que representan la escritura hebrea más antigua que se haya descubierto. La segunda inscripción menciona el nombre Es-baal, el mismo nombre de uno de los hijos de Saúl (1 Crón. 9:39).
En 1993, las excavaciones en la ciudad norteña de Tel Dan descubrieron una monumental inscripción escrita por el rey Hazael de Damasco, quien registra su victoria sobre el “rey de Israel” y el rey de la “casa de David”. Esta es la misma forma en que se describe la dinastía de David en la Biblia, lo que añade una evidencia arqueológica muy poderosa de que David existió en la historia, exactamente como lo dice la Biblia.

■ Piensa en las implicaciones de lo que significaría para nuestra fe si, como dicen algunos, el rey David no hubiese existido en realidad.



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