¿Lloraremos o nos Regocijaremos?
Cuidemos de no ser profesos guardadores de los mandamientos sino hacedores y buscar de cristo cada día para ser dignos de estar con Jesús. No olvidemos que cada palabra, pensamiento y acción están siendo anotados en los libros del cielo.
No deshonremos a nuestro Dios, crucificándolo con nuestros pecados, cada vez que pecamos lo ponemos en vergüenza publica. Mantengámonos fieles ante él para engrandecer su nombre sobre el universo, pues somos cartas leídas. Recibiremos la corona de vida si mantenemos nuestra fidelidad ante Dios y abrazamos su pronta venida. La recompensa será grandiosa, para aquellos que se laven y sean emblanquecidos con la sangre del cordero. Lo que pasas en este mundo no es en vano, comparado con la gloria eterna. Te deseo un gran día, que Dios te bendiga mucho.